En febrero de este año, nuestro artista estaba listo para exponer algo muy concreto en una sola emisión de 9 canciones, sin la intención de decirle a la gente si había una de éstas que fuese más importante que otra. Hay un orden sugerido, sí, pero el escucha descubre por su propia cuenta qué es lo que va resonando en su interior.
Sin más, a continuación, les comparto un segundo extracto del escrito de Augusto Bracho, donde habla de las primeras 5 canciones de Música Moderna:
PARTE 1
[…] Les presentaré un álbum en dos partes, como si de un vinilo se tratara. El Lado A, o primera parte, consta de cinco temas:
LA CORAZONADA
En mi opinión, y en mi experiencia, un ser humano siempre está buscando enamorarse de todas las maneras posibles. Hay quien se enamora de un sueño, de una ilusión. Otras almas se enamoran de una idea, de una creencia; tanto que son capaces de morir por ellas. Otras personas, que me caen aún mejor, se enamoran de un poema, de una mirada, de una sonrisa; que son hasta más profundos que cualquier doctrina, pero más sencillos y mucho más baratos. Este bolero-son captura el instante del enamoramiento físico y metafísico después de que uno se vive entre desengaños. Podríamos decir que es sobre amor feliz; como dije anteriormente, y citando al estudioso del bolero, Rodrigo Bazán Bonfil, éste es uno de los fundamentos del género musical latinoamericano. Sin embargo, como buen bolero, al protagonista de ese enamoramiento siempre le queda la duda sobre su corazonada. ¿Será un amor verdadero, un amor o refugio definitivo? En el bolero, como en la migración, y sin irnos muy lejos como en la propia vida, nada es eterno. Por eso aceptar la duda es inevitable, pero insistir en enamorarse, eso es indispensable.
NUBARRÓN PASAJERO
El recuerdo de un amor desdichado puede traer consigo muchas metáforas. El destino del migrante, con sus andanzas y desconsuelos errantes, también es guardada y exhibida al mismo tiempo y desde la víscera de la existencia, justamente a través de metáforas en canciones y poemas. Posiblemente una bella metáfora para el amor ingrato y el destierro sea la imagen de una nube pasajera; el nubarrón que no se convierte ni en lluvia ni en tormenta, y cuyo destino es viajar, como masa vagabunda, hasta que se desintegra en su propio olvido, evaporándose en el recuerdo de una causa perdida. Nos queda la pregunta: ¿la migración humana y el amor desdichado sufren condiciones semejantes? El bolero latinoamericano tiene muchas respuestas al respecto.
YO TE RECUERDO, CARACAS
Las ciudades y pueblos son los verdaderos amores de los espíritus migrantes. Casi todas las almas que han abandonado cualquiera de estos lugares llevan esa compleja relación amorosa con mucho respeto pero también con profundo dolor y resignación. Desde la lejanía y en señal de luto, se llora la pérdida de estos amores que alguna vez fueron habitados. Sin embargo, también se les habla, canta y festeja a través del poder más grande que tiene cualquier migrante: su memoria.
Compuse este bolero en 2018 como encargo para una película, inédita hasta la fecha, del cineasta, escritor y fotógrafo Jorge Saim Hostos; él mismo me ayudó a redondear la letra del estribillo, puliendo esa reiteración que dice «no sé por qué te espero, no sé por qué te añoro»… y fue con esta canción que decidí emprender este disco de bolero.
CRUZ DEL ÁVILA
El poeta venezolano Igor Barreto fue tutor de varias de las letras de las canciones contenidas en Música moderna. A distancia me enviaba comentarios y sugerencias sobre mis ideas escritas. Sobre todo, me enseñó muchísimas cosas en torno a la palabra. Parafraseándolo: en un poema, si las ideas pueden traducirse a través de objetos y símbolos, es una buena señal de que esas ideas son reales. La cruz latina, con todo el peso que conlleva, es un símbolo que la realidad latinoamericana sigue cargando e insiste en sostener; y con fervor, además. En Caracas, la capital de Venezuela, hay una cruz de neón que ilumina la ciudad durante las épocas navideñas desde hace más de sesenta años. Esa cruz luminosa es claramente un objeto simbólico de la metrópoli venezolana. Esta canción es el intento de traducir esa imagen nocturna caraqueña en el poema cantado de un migrante venezolano desde sus evocaciones siempre pasajeras y misteriosas. Podría decirse que musicalmente es un candombe-son que compuse en San Pedro Pochutla, Oaxaca.
Quizá por esto decidí que en la grabación participara la cantautora oaxaqueña Laura Itandehui; cantamos juntos el segundo interludio, que grabamos, además, en directo. Sin duda, ella hace más bellas estas melodías, no solo con la voz dulce y dinámica que la caracterizan, sino gracias a todo su apoyo y amistad sincera.
ALABANZA DE TU BOCA
La alegría del enamorado, o del amante recién involucrado en su amorío, es motivo suficiente como para elogiar con ternura y picardía a un símbolo mayor, uno que brinda y que también recibe otros símbolos; que dice todo o lo calla todo; que murmura o que canta las historias de cualquier amor. Hablo por supuesto de la boca.
Esta fantasía, escrita en las playas de Cuatunalco, también en San Pedro Pochutla, intenta traducir la luz reflejada en el mar, el aroma salino de una bahía en tranquilidad aparente, a través de pregones y melodías animadas para honrar a un ser amado desde la distancia. Es una guarachita divertida para celebrar y bailar por el misterio de una boca siempre añorada.
Escribía, claro, ¡el pícaro de Bracho!